La familia tenía una doble necesidad: una vivienda, y un estudio-oficina con acceso público en una zona independiente del resto de las estancias. La casa tenía una complicada distribución, y no estaba en muy buenas condiciones. Pensamos juntos una buena cantidad de versiones posibles hasta dar con la más adecuada para las necesidades y su forma de vida. Se buscaron habitaciones grandes, dos vestíbulos (uno para el despacho y uno para la vivienda), se respetaron al máximo las instalaciones previas y las carpinterías para acomodarse al presupuesto. Buscamos y restauramos pavimento hidráulico original de principios de siglo. Respetamos las tallas existentes en los techos, a pesar de cambiar la distribución. Se dejó para una segunda fase el cambio de las carpinterías exteriores, la cocina y uno de los baños.